En octubre de 1983 el equipo es vendido a Barry Ackerley, iniciando en ese momento un periodo de declive y mediocridad en la franquicia. Teniendo a alguien de tanto poder al lado, el comandante deja de ser la figura central en la cabina, y ese fue el momento cuando se encendió la mecha. En 1984 Fred Brown se retira, tras 13 temporadas jugando en el equipo. La nueva cancha apunta principalmente a las divisiones formativas, se trata de un terreno de juego con medidas oficiales de calidad FIFA 2 estrellas (la máxima que otorga el ente rector del fútbol mundial para este tipo de obra).